Expertos analizarán los pilares del envejecimiento activo: salud, participación, seguridad y aprendizaje

Expertos analizarán los pilares del envejecimiento activo: salud, participación, seguridad y aprendizaje

Ante el progresivo envejecimiento de la población, la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en la importancia de empezar a promover y adquirir hábitos saludables a partir de los 55 años. En este sentido, la OMS define cuatro pilares del envejecimiento activo: salud física y mental, participación en la sociedad, seguridad y aprendizaje durante toda la vida. Dada su importante, este será uno de los temas que abordará el I Congreso de Economía Plateada I, organizado por Feval Institución Ferial de Extremadura y Adiper Servicios Sociosanitarios, que tendrá lugar el 17 y 18 de marzo en Mérida. Su Majestad el Rey Felipe VI ha aceptado presidir el Comité de Honor de este encuentro profesional, lo que confirma el importante papel que tiene la economía plateada en la sociedad.

Según los últimos datos recogidos por la Organización de Naciones Unidas, 962 millones de personas en el mundo tienen más de 60 años y se espera que en 2030 pasen a ser 1.400 millones, aumentando en un 46 %. Por eso, el CEO de Senior Economy Forum y profesor de la Universidad Europea de Madrid, Benigno Lacort, destaca que “considerando el volumen de población mayor, el envejecimiento activo será una tendencia. La participación en la sociedad de esta enorme cohorte será sencillamente indispensable y el aprendizaje será una de sus principales demandas”.

Por su parte, el director de Estrategia y Sostenibilidad de la Asociación Española de Banca, Juan Carlos Delrieu, apunta que de todos los pilares “le concedo más importancia a los que dependen de nuestras propias decisiones, es decir, a mantener un modo de vida saludable y a la necesidad de seguir aprendiendo, que está directamente relacionado con la capacitación y la formación continua. El trinomio estudio-empleo-jubilación ya no funciona. Cualquier persona debe estar dispuesta a seguir acumulando experiencias y capacitándose durante toda su vida”.

Más allá de la salud y las pensiones

En la actualidad, la población de mayor edad requiere soluciones ligadas a la extensión de su vida profesional, a la continuidad de su vida social, a la formación, al mantenimiento de la salud (física e intelectual), a la disponibilidad de servicios asistenciales en su propio hogar y a la transformación del entorno urbano en un entorno inteligente. “Sin embargo, hemos de reconocer que nuestra sociedad del bienestar no está asumiendo estos cambios a la velocidad que están ocurriendo, quedando el debate excesivamente centrado en las pensiones y en la salud”, puntualiza Benigno Lacort.

Asimismo, Juan Carlos Delrieu afirma que “un ingrediente fundamental del envejecimiento saludable tiene que ver con la capacidad voluntaria de mantenerse profesionalmente activo. Una opción voluntaria que no solo dignifica, sino que genera felicidad y contribuye a aumentar la capacidad patrimonial de las familias. O, dicho de otra manera, el segmento de la población con más de 50 años es un colectivo que precisa mantenerse activo para tener un adecuado equilibrio físico, mental y emocional”.

Una nueva etapa vital

Ambos expertos coinciden en que los 65 años, que es la edad actual de jubilación, no puede ser la barrera cronológica a partir de la cual una persona empieza a considerarse mayor, puesto que no tiene en cuenta el aumento de la esperanza de vida que en 1960 era de 69 años y hoy es de 83,1 años. “El periodo de inactividad, muchas veces forzada, se inicia cada vez antes, lo que no solo pone en riesgo el sistema público de pensiones, sino que genera un cierto grado de desánimo entre los desempleados de más de 50 años y produce un efecto nocivo y discriminatorio. De hecho, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) estima que cerca del 35 % de las personas en paro con más de 50 años se sienten discriminadas por su edad en el mercado de trabajo español”, explica Juan Carlos Delrieu.

“En este sentido, las empresas y el Estado deben jugar un rol crucial en la promoción de la empleabilidad y el aprendizaje, especialmente, en un entorno como el actual en el que la transformación digital supone un desafío adicional para los trabajadores de cualquier edad”, subraya Delrieu.

Retos y oportunidades

Las empresas son sensibles tanto a los desafíos como a las oportunidades ligadas a la economía plateada. En cuanto a los retos que supone para el entorno empresarial, el director de Estrategia y Sostenibilidad de la Asociación Española de Banca destaca, en primer lugar, el cambio del diseño de la formación. “En segundo lugar, debemos acabar con la discriminación laboral por edad en prácticas de contratación o despido y, por último, la adopción de fórmulas que funcionan en muchos países y empresas como, por ejemplo, el mentoring, aceptando que los sénior pueden responder a incentivos diferentes a los salariales o tratando el retiro como un proceso y no como un evento imprevisto”, señala Juan Carlos Delrieu.

España es uno de los primeros países en afrontar este fenómeno demográfico y, por tanto, Benigno Lacort destaca “la gran oportunidad que tenemos de construir alrededor del envejecimiento un gran proyecto de país que impulse a nuestras empresas y a nuestra sociedad en su conjunto. Ser los primeros en afrontar este reto nos podría convertir en un país líder en la materia y aportarnos una ventaja competitiva”.

Para concluir, los expertos manifiestan que solo se podrán superar los obstáculos a los que todavía se enfrenta la economía plateada si todos los actores implicados, desde las instituciones públicas, sindicatos, universidades, empresas y organizaciones civiles, hasta llegar a la responsabilidad de los propios trabajadores, aúnan esfuerzos y trabajan en la en la misma dirección.